Como madre trabajadora de uno y próximamente dos niños, y como profesional de la salud mental, entiendo de primera mano el impacto que la protección de la salud y la seguridad de las familias trabajadoras tiene en la estabilidad y el bienestar de nuestras generaciones futuras.
Creo en las oportunidades económicas que presenta la educación superior y obtuve un título de posgrado y posteriormente una licencia profesional para continuar el crecimiento profesional en beneficio de nuestra familia.
No se debería castigar económicamente a empezar o formar una familia. Las madres trabajadoras ya se ven afectadas por enormes disparidades relacionadas con el desarrollo profesional al tratar de gestionar los desafíos únicos de la planificación familiar.
Me convertí en defensora de permisos pagados porque creo que deberíamos demostrar que nos preocupamos por el futuro de la salud de las personas estadounidenses al preocuparnos ahora, especialmente durante estos tiempos de factores estresantes económicos y de salud debido a los efectos mundiales del COVID-19.
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